jueves, enero 03, 2008

¿Y por qué lloras? 2ª Versión

Cuando empecé a escribir este cuento, se me ocurrieron un par de maneras diferentes de acabarlo. Una era más romántica o ñoña . Las otras dos eran... bueno, eran diferentes. Está es la segunda versión. Para no hacerlo tan pesado, he escrito el último párrafo y a partir de ahí la posible variación. Ya me diréis que os ha parecido.


¡¡¡¡ATENCIÓN!!!!

ANTES DE LEER ESTO, LEED EL CUENTO ENTERO.

AVISADOS QUEDÁIS.





Se queda parado. Un escalofrío le recorre el cuerpo. Enfrente suyo, justo donde unos instantes se había caído se encuentra una tumba y en ella su lápida reza: "Penélope Moreno Garcéa. De tus padres que te aman." Y una fecha: "1990-2002".

- ¿Ya te vas?

La niña reapareció a su lado. Se acercó a él e intentó agarrar su mano. El la evitó dando dos pasos hacia atrás.

- ¿Tú estas...?

El caió al suelo. El miedo no le permitía hablar ni moverse, solo balbuceaba. Tenía los ojos como platos y enrojecidos pero ya no eran debido a la pena. Ahora lo único que sentía era temor. No se sentía las manos, estaba agarrando tan fuerte la hierba del suelo que no notaba ni las astillas que se estaba clavando por debajo de las uñas.

La niña se le acercaba lentamente. Se paró delante suyo y se lo quedó mirando fijamente a los ojos.

- ¿Te tienes que ir? - Le volvió a preguntar - Quedate por favor. No tengo muchos amigos y tu me gustas. Estoy cansada de estar sola...

- Caballero, por favor...¡¡¡ Joder!!! ¡¡¡Pablo!!! Ven corriendo y llama a una ambulancia. ¡¡¡A este le ha dado algo!!!

El mozo se acercó corriendo a donde él estaba. Rápidamente le desabrocho la camisa e intento reanimarlo dándole un par de bofetadas en la cara. Al ver que no se recuperaba intento sin éxito tumbarlo en el suelo. Tenia una de las manos agarradas tan fuertemente en el césped que una persona sola fue incapaz de separársela. El pobre hombre no sabia que hacer.

Unos minutos más tarde llegaron los enfermeros pero ya era demasiado tarde. Él había muerto. Se había quedado allí sentado mirando fijamente la tumba de la niña. Ni los enfermeros ni los chicos del cementerio se dieron cuenta que al levantarlo para llevarlo a la ambulancia se le cayó de la otra mano el pañuelo. Ninguno tampoco se dio cuenta de la breve ráfaga de aire que se levanto y se llevo el pañuelo hasta hacerlo desaparecer.

Y él tiempo pasó, y todo el mundo olvidó la pobre historia de ese joven que murió el mismo día que enterró a su esposa igual que olvidaron la trágica muerte de la niña. Pero cuando se levanta la brisa de verano y en el cementerio se queda vació, si se pone atención se puede llegar a escuchar la risa de una niña y de un joven.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola Xavi! he leído las dos versiones de tu cuento "Y por qué lloras?" y tengo q decir que me ha gustado mucho y que me ha dado la sensación de estar leyendo un libro escrito por un "escritor profesional" :D
Y respecto al final, prefiero más la primera versión! No me gusta que se mueran los protagonistas!! jeje. Estaré atenta a la tercera...

5:05 p. m.  

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